jueves, 6 de marzo de 2008

El invierno caduca, desaparece por la tangente, se desvanece en el horizonte.
Pero un dia me levanto y resulta que me vuelve a visitar, y yo que ya me habia despedido hasta el año que viene.
Yo que había guardado mis abrigos polares, tambien los del corazón. Ahora es cuando el corazón va y se resfría.
Las cosas de estar en entretiempo.