miércoles, 10 de enero de 2007

Toca quedarse en pelota picada, pegar un buen salto y caer al vacio sin paracaidas,
buena idea, no?
Londres me arranca de cuajo las sonrisas, se las guarda en el bolsillo y me dice que no me las devuelve hasta que no me de la gana de armarme de valor y lanzar un buen grito que me haga espabilar y reafirmar mi espacio, mi momento y mi lugar en esta ciudad.

No hay comentarios: